Por un lado, nuestra capacidad para anticipar el futuro permite evitar posibles problemas o, mejor aún, para resolver cuestiones por adelantado. Por otro, tener en cuenta el pasado permite aprender de nuestras experiencias anteriores. Ambas cuestiones son realmente útiles. Pero, si nos centramos en el pasado o en el futuro, ¿qué pasa con el presente? ¿Cuántas cosas nos perdemos del presente por estar pensando y juzgando lo que ya pasó?
En este artículo intentaremos un primer acercamiento a un nuevo concepto: el mindfulness.
Una técnica milenaria
Aunque se trata de una disciplina relacionada con el budismo, en las últimas décadas, la práctica del mindfulness alcanzó increíble popularidad más allá del ámbito religioso, y hoy es recomendada por médicos, psicólogos y especialistas de la salud de todo el mundo por sus beneficios terapéuticos. Es una técnica que tanto los mayores como los niños pueden realizar y que, en Estados Unidos y en Europa, tiene más de 30 años de desarrollo e investigación. En nuestro país ganó amplio terreno en los últimos años.
Pero ¿qué significa mindfulness? El término deriva de una traducción del vocablo “sati” (en lengua pali), de 2.500 años de antigüedad, cuya versión en español podría ser “atención plena” o “conciencia plena“. Esta disciplina tiene como objetivo “prestar atención de manera consciente a la experiencia del presente con interés, curiosidad y aceptación”, según la Sociedad Mindfulness y Salud.
Sobre su origen y su evolución
Jon Kabat-Zinn, profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Massachussets y referente mundial de esta disciplina, fue quien introdujo el mindfulness en el modelo médico occidental hace más de 30 años. Kabat-Zinn lo define como “un proceso que consiste en observar expresamente cuerpo y mente, permitir que nuestras experiencias se vayan desplegando de momento a momento y aceptarlas cómo son”.
Durante los últimos 40 años, la práctica del mindfulness ha ido integrándose a la medicina y a la psicología occidental. Ha sido aplicada, estudiada científicamente y, por ello, reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés, y alcanzar el bienestar general. Ha demostrado y continúa demostrando ser eficaz en diversas problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, prevención de recaídas depresivas, entre otras.
El mindfulness tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas en términos muy concretos, y no está vinculada a creencias religiosas o filosóficas determinadas. Es, simplemente, una práctica que puede convertirse en una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas de manera demostrable. Su popularidad ha impulsado incluso la creación de una biblioteca de literatura científica que explora el potencial del mindfulness en diferentes facetas: el autocontrol en los niños, el desarrollo de la resiliencia y de recursos de afrontamiento en personas enfermas, la mejora en niveles objetivos de salud, etc.
¿Qué es Mindfulness?
La capacidad de prestar atención de manera intencional al momento presente con aceptación, curiosidad y sin juzgar”
Jon Kabat-Zinn, impulsor del mindfulness en Occidente
¿En qué ámbitos se aplica?
Este concepto ha sido aplicado en numerosos áreas y disciplinas. Según un estudio de la Universidad de Almería, los atletas que practican mindfulness aprenden a tomar distancia con respecto a sus pensamientos, sensaciones físicas y emociones y a focalizar la atención en la actividad, logrando así, aumentar el rendimiento.
En el ámbito laboral, está dirigido a que empleador y empleado ejerciten la capacidad de innovar y de crear las condiciones para manejar situaciones estresantes. Así, aprenden a poner el foco en lo importante, a regular emociones y a lograr una mayor flexibilidad, creatividad y claridad mental para elaborar estrategias. En el mundo está muy difundido entre los CEOS, en empresas como Apple, Google, Nike, Procter & Gamble. En nuestro país, algunas de las empresas en las que se dictan cursos son Farmacity, Johnson & Johnson, Petrobrás, Banco Galicia o Banco Santander.
¿Cuánto tiempo requiere?
El tiempo ideal de práctica de mindfulness debería ser de aproximadamente media hora por día, aunque es recomendable comenzar con sesiones más cortas –de no más de diez minutos– para acostumbrar la mente a las nuevas sensaciones e ir construyendo, poco a poco, estados mentales de relajación. Es posible que si, desde el comienzo, se dedican tiempos prolongados, esto provoque un prematuro cansancio y consecuente abandono de la actividad. Por lo tanto, aprender a hacer mindfulness puede requerir cierto tiempo de práctica hasta lograr la capacidad de meditar en cualquier circunstancia.
¿Dónde realizarlo?
Siempre es aconsejable buscar un sitio libre de ruido en el que cual senrurse confortable. Desactivar teléfonos, alarmas, aparatos electrónicos y todo tipo de sonidos que puedan interferir en la meditación contribuye a lograr ese clima necesario para la correcta ejercitación. En caso de utilizar música de fondo, es importante que sea relajante y de ciclos repetitivos para impedir que acapare la atención y lleve a la desconcentración.
Algunas personas prefieren los entornos abiertos, como un jardín o un parque público. No es una mala decisión, pero es importante escoger un sitio no muy concurrido y libre de ruidos y de elementos distractivos. El uso de ropa cómoda siempre será un factor fundamental y se recomienda quitarse el calzado y todos los complementos que puedan oprimir el cuerpo.
¿Cuáles son sus beneficios?
Una investigación de la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar mindfulness durante media hora por dia alivia los síntomas de depresión o ansiedad. Otro resultado de este estudio reporta mejoras en la memoria, en la capacidad de concentración, en la autoconciencia y en la inteligencia emocional . También se asocia su práctica con la optimización de los recursos del sistema inmunológico, así como con la mejora de la percepción de la soledad en personas de la tercera edad. Ha resultado de utilidad para paliar los efectos de ciertos trastornos (obsesivo compulsivo, de ansiedad, de personalidad), de dolores crónicos, de estrés postraumático, etc., o para mejorar la calidad de vida de las personas que los padecen.
¿Para qué sirve practicar mindfulness?
- Aumenta la autoconsciencia.
- Mejora el bienestar general.
- Actúa como tratamiento de problemas físicos y psicológicos, de dolores crónicos, y otros síntomas asociados al estrés. Ayuda en la recuperación del equilibrio interno, a la vez que atiende en forma integral los aspectos de la persona: cuerpo, mente y espíritu.
- Desarrolla una mayor capacidad de discernimiento y de compasión.
- Abre la puerta hacia nuevas posibilidades, nos trae al aquí y ahora, nos invita a vivir de manera plena y en el presente.
En conclusión, esta novedosa disciplina permite aprender a relacionarnos de forma directa con lo que está ocurriendo en nuestra vida aquí y ahora. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad que brinda la oportunidad de trabajar conscientemente con el estrés, el dolor, una enfermedad, una pérdida o con los desafíos de la vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aún no ha ocurrido, nos conduce al descuido, al olvido y al aislamiento, lo que nos lleva a reaccionar de manera automática y desadaptativa.
[Este artículo fue escrito con fines meramente informativos y de divulgación. Si deseas conocer más acerca del mindfulness, puedes consultar diversos sitios que difunden este nuevo concepto (como la Sociedad Mindfulness y Salud), así como numerosos artículos periodísticos y referencias bibliográficas].
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